De cal y de arena es el balance del gobierno de Álvaro Uribe Vélez para los boyacenses

En materia de salud se recuperó la red hospitalaria, pero se golpeó a la clase trabajadora. Lo de Acerías Paz del Río no es como lo pintan.
La mal llamada doble calzada Briceño-Tunja-Sogamoso pasará a la historia como la obra más reputada del presidente Álvaro Uribe Vélez en Boyacá. Muchos boyacenses y varios visitantes no ahorran adjetivos para elogiar la nueva vía que recortó el tiempo de viaje entre Tunja y Bogotá. Sin embargo, quienes conocen de vías, aseguran que esta autopista no es la obra que tanto se ha publicitado. El presidente de la Sociedad Boyacense de Ingenieros y Arquitectos, John Guillermo Garavito Vargas, dice que el proyecto vial no es una gran obra. "Las especificaciones técnicas no corresponden a un proyecto de doble calzada: estamos haciendo una vía paralela a otra que se construyó hace 50 años", afirma y añade que en el diseño de esta vía debió quedar incluido la movilidad de las ciudades por donde iba a pasar. "Muchas de las quejas que se presentan tienen que ver con la movilidad y la interconexión de las ciudades por donde pasa el proyecto vial", señala Garavito. Dice que la Sociedad Boyacense de Ingenieros y Arquitectos encuentra con gran preocupación que las obras de arte complementarias a esta vía y el trazado geométrico siempre están rondando las condiciones mínimas. "Acaso los boyacenses no nos merecemos una obra de unas condiciones técnicas y específicas mucho mejores cuando estamos pagando esta obra a diario", se pregunta Garavito Vargas. Concluye que esta no es la gran obra que esperábamos los boyacenses porque debería ser una vía más segura. El ex representante Juan Carlos Granados afirma que los ocho años de gobierno del presidente Uribe dejan en Boyacá un sabor agridulce. "Dulce en lo que tiene que ver con la seguridad, que fue un logro en todo el país, pero agrio por el Plan 2.500 que fue un fracaso y porque la doble calzada debía tener condiciones técnicas superiores", señala Granados. La llamada doble calzada Briceño-Tunja-Sogamoso terminó siendo una segunda calzada que no llega ni a Nobsa, ni a Tibasosa y mucho menos a Sogamoso. La doble realidad de la red hospitalaria Con la reestructuración de la red hospitalaria de Boyacá se recuperaron los hospitales del departamento, pero se golpeó a la clase trabajadora. "La reestructuración de los hospitales sirvió para seguir con clientelismo político y duplicar las nóminas. Se dijo que iban a tener más operativos que administrativos y hoy es al revés", afirma María del Carmen Sánchez, vicepresidenta nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores Hospitalarios de Colombia (Anthoc). Se redujo en un gran porcentaje el número de trabajadores de planta y se empezó a contratar a través de cooperativas de trabajo asociado. "Esto genera desigualdad entre el trabajador de planta y el de cooperativa. Igualmente, el trabajador que no está de planta no tiene el mismo compromiso con la institución", manifiesta Gustavo Montero, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores. Inversión en seis vías En lo que mejor le fue a Boyacá con Uribe fue en el programa de Corredores Arteriales Complementarios de Competitividad. Con este plan el Estado invertirá cerca de $600 mil millones en la construcción y recuperación de tres vías importantes para Boyacá: la carretera del Cusiana, el corredor El Sisga-Guateque-El Secreto y el carreteable Tunja-Chiquinquirá-Puerto Boyacá. Con esos recursos también se intervendrán tres vías que tocan a Boyacá o empalman con otras carreteras del departamento: Carretera de la Soberanía (La Lejía-Cubará-Saravena), Troncal Central del Norte (La Palmera-Málaga-Presidente) y Transversal del Carare (Puerto Araujo-Cimitarra-Landázuri-Vélez-Barbosa). "El primer cuatrienio de Uribe pasó sin pena ni gloria en infraestructura vial. En el segundo periodo el Gobierno priorizó seis corredores de competitividad nacional que tienen incidencia con Boyacá", indicó Juan Carlos Granados, quien agregó que se desperdició el dinero de la red terciaria en cuanto a los $140 millones que le correspondieron a cada municipio.