jueves, 9 de diciembre de 2010

Un paraje para probar buen vino es la vereda de Puntalarga, que tiene todo el encanto de Boyacá

En Puntalarga hay varias fábricas de campanas que son un atractivo más para los visitantes.
En medio de un territorio de verdes praderas, bañadas por el río Chicamocha y abrigadas por montañas, se encuentra el poblado.
·         vino
Este turístico lugar queda en la vía que de Duitama conduce a Nobsa (Boyacá) y allí se encuentran hoteles coloniales, fábricas de campanas, productores de muebles rústicos y artículos en forja, comercios de artesanías y ventas de antigüedades.

Uno de sus principales atractivos es el Viñedo y Cava Loma de Puntalarga, donde se producen vinos blancos, tintos y rosados con uvas cultivadas en el lugar y en varios municipios boyacenses.

Allí se consiguen vinos desde 25.000 pesos hasta dos millones de pesos.
El más costoso es un Pinot noir Rubí Esmeraldas.

Recientemente el Viñedo de Puntalarga lanzó su champaña, denominado 'Brut Absolu' (muy seco), que tiene una doble fermentación, la segunda de las cuales se realiza en la botella.

"Nosotros producimos aquí un tinto joven, liviano, que se llama Cresta de Gallo y ha gustado mucho", explicó el propietario del viñedo de Puntalarga, Marco Antonio Quijano Rico.

Entre los vinos blancos se pueden degustar semisecos y secos: Riesling por Silvaner y Riesling.

"El tinto es un Pinot noir y tenemos un rosado de variedad de mesa y otro llamado Coral, que es de Pinot noir", manifestó Quijano.

Los restaurantes del sector ofrecen comidas típicas de la región, como la mazamorra chiquita, variedad de pescados de río y mar, carnes de res y de cerdo, aves y ensaladas.

Los postres no pueden faltar: brevas con arequipe, duraznos en almíbar, leche asada y cuajada con melado, entre otras tentaciones.

Cerca a los hoteles se ubican las fábricas de muebles y adornos rústicos, donde hay variedad de juegos de alcoba, sala y comedor.

Estas fábricas, que recientemente recibieron la certificación de calidad del Icontec, están exportando muebles a Europa, donde son muy apreciados por su calidad, según explicaron los comerciantes.

En el sector también se producen campanas, reconocidas en todo el país y hasta en el exterior.
Allí los visitantes pueden observar cómo los artesanos dedicados a este legendario oficio funden los materiales para elaborarlas.

Las artesanías en madera, en forja y en lana, al igual que las antigüedades son otros productos que los visitantes podrán encontrar en este paraje nobsano.

Hospedaje en hoteles coloniales

En el sector se encuentran dos hoteles coloniales: el Complejo Turístico Puntalarga y la Hostería San Luis de Ucuengá.

Una parte de las instalaciones del Hotel Puntalarga tiene 200 años de construida, y la otra data 56 años atrás. Esta era una hacienda.

El complejo cuenta con habitaciones tipo suite, estándar y cabañas.

Los precios de alojamiento son: 75.000 mil pesos habitación tipo suite. Por persona adicional cobran 40.000 pesos.

En San Luis de Ucuengá una habitación con chimenea cuesta 167.000 pesos y sin ese servicio, 157.000 pesos.

Desde Puntalarga se puede llegar al centro de Nobsa, donde es posible adquirir una ruana típica a precios que van de 40.000 a 160.000 pesos.

También es fácil ir hasta el Museo de Arte Religioso, ubicado en Tibasosa.

Cerca de allí, por la vía que va hacia Tibasosa, hay asaderos de ternera a la llanera y cerdo, donde los envueltos y las arepas de mazorca son las especialidades de estos restaurantes que aparecen a la vera del camino.

A 30 minutos de Puntalarga está Monguí, con su atractiva arquitectura y su museo de cuadros de santos.

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